María Esther de Miguel construye con la figura de Juanita Sosa una intriga que enlaza historia y ficción. Pero además crea una metáfora de nuestra vida social, donde el sometimiento de los más débiles en este caso, las mujeres es una de las claves de muchos desencuentros.
Una mujer ingeniosa y bella en un lugar sombreado de intrigas, bajo el ala de un hombre poderoso y sensual, y el fatal designio que la condena al desvarío. Es la historia de Juanita Sosa, dama de honor y amiga de Manuelita Rosas, y visitante asidua de la quinta de Palermo, el reino sin tiempo del Restaurador.
Así recrea María Esther de Miguel este capítulo novelesco y poco conocido de la historia argentina. Ella nos conduce hacia las profundidades del corazón de los protagonistas con una facilidad que solo poseen las plumas privilegiadas y las almas sensibles. Asomarse al pasado de su mano es descubrir que la historia misma es una novela, y que el amor juega en ella un papel esencial. Resaltar lo humano que subyace y revelarlo al lector han sido siempre virtudes de esta autora que supo abrir camino en las letras argentinas.