A las 11:28 del sábado 12 de agosto de 2000, una detonación enorme y misteriosa recorrió las aguas árticas poco profundas del mar de Barents. 135 segundos después, otra explosión colosal fue detectada por los sismólogos de todo el planeta. El Kursk, orgullo de la Flota Septentrional y del Pacífico de Rusia y el submarino de ataque más grande del mundo, se estaba hundiendo hacia el fondo del mar, herido de muerte.
En Kursk, el multipremiado periodista de televisión Robert Moore recrea minuto a minuto y con gran vivacidad este desastre. El autor se aventura en un mundo oculto en el que la Guerra Fría se mantiene fuera de vista. Moore investiga el trasfondo militar y político de la tragedia.
Pero, sobre todo, nos cuenta la emotiva historia de las familias que esperaban en tierra, de los esfuerzos desesperados de los rescatadores británicos, noruegos y rusos, y de los veintitrés marineros, atrapados en el compartimento de popa del submarino accidentado, esperando un rescate, mientras el mundo horrorizado seguía su lucha por mantenerse vivos