Muchas personas aspiran a ser ricos y tener mayores ingresos. Sin embargo, pocas alcanzan estas metas, en su mayoría porque carecen de los hábitos y de la educación financiera para incrementar el dinero.
Para el autor, lograr esos objetivos depende de la determinación y de la mentalidad con la que cada quien enfrenta y modifica su realidad. No puede haber crecimiento económico sin crecimiento personal, afirma el autor, quien a partir de su experiencia aconseja cómo aclarar las razones por las cuales cada quien vino al mundo y cómo transformar en dinero sus propias motivaciones.
Para él, una motivación trascendente en la vida y alimentar una mentalidad orientada al éxito son los primeros pasos para encontrar fuentes de ingresos diferentes a un salario fijo, ya que aumentará el deseo y la necesidad de conseguir más recursos.
Esto es, además, el camino para derrotar todos los temores, descubrir talentos individuales y así emprender, crear negocios e invertir en los propios sueños. No puede haber crecimiento económico sin crecimiento personal.