Giuliana Sgrena revive su dramática experiencia y cuenta con lucidez los numerosos cambios sociopolíticos ocurridos tras la intervención americana en Irak, donde ni los ocupantes ni los combatientes contra la ocupación quieren ya más testigos.
La pesadilla de cuatro semanas, prisionera de los mujahedines que defienden la lucha contra la ocupación iraquí. La alegría de la liberación, violentamente interrumpida por el fuego de las tropas norteamericanas que acabó con la vida de Nicola Calipari, el agente que la había salvado de los secuestradores.
Dos veces víctima del «fuego amigo». Una experiencia dramática vivida en un país destrozado por la guerra y la ocupación, donde hasta los rehenes se convierten en un arma de guerra y las víctimas civiles iraquíes ya no se cuentan. Los recuerdos del secuestro, las vivencias diarias dentro de una habitación cerrada y a oscuras y las pesadillas del rapto se mezclan con los temas de la realidad iraquí (la guerra, los secuestros, los refugiados, la resistencia, el terrorismo, la religión, la condición de las mujeres, el proceso progresivo de libanización del país, etc.) y con los reclamos al régimen anterior, a Saddam, al embargo y al caso de las armas de destrucción masiva que nunca se encontraron.
Una realidad insidiosa que evidencia el problema de cómo informar en un terreno de guerra sin estar adheridos a las distintas tropas de ocupación.