Olga y Clara son dos inspectoras de Policía acostumbradas a perseguir a delincuentes y a detener a infinidad de chorizos.
En la última redada en la que participan uno de sus compañeros resulta herido.
Cuando lo acompañan al hospital, conocen a Alex, neurocirujano, y a Oscar, pediatra, con los que rápidamente conectarán, y no precisamente para bien.
Sus vidas, sus mundos y sus vivencias son muy diferentes, pero cuando la pasión asalta sus corazones, ya nada vuelve a ser igual, porque como dice Olga, hay muchas maneras de salvar vidas:
Unas lo hacen con pistolas y otros con pijamitas verdes y gorritos de aviones.