Fruto de la imaginación Mary Shelley (1797-1851), la historia de Frankenstein fue concebida durante unas vacaciones con su esposo, tambien escritor, en la residencia de lord Byron, junto al lago de Ginebra en 1816, cuando para distraerse se propuso en el grupo de amigos, la idea de escribir una historia de fantasmas y aparecidos. Escrita en estilo epistolar, Frankenstein rebasó los límites de la propuesta inicial y consiguió convertirse en una obra maestra en forma de parábola que trata de la ciencia del bien y del mal, de la soberbia y responsabilidad del conocimiento y de la soledad de los monstruos.