Los tres libros de relatos aquí reunidos son los que consolidaron a Charles Bukowski como el gran cronista de la otra cara del sueño americano, como un retratista implacable del submundo urbano. Agitando en un cóctel infalible una prosa sincopada y visceral, humor negro, sexo desmelenado y litros de alcohol, el autor traza una suerte de mapa fragmentario de los barrios marginales de Los Ángeles y contribuye a convertir la ciudad en un mito literario, como ya hizo Raymond Chandler.
Con su narrativa de inspiración autobiográfica y su estilo despojado y sin florituras, Bukowski es la culminación de una estirpe literaria norteamericana que pasa por Henry Miller, John Fante y Jack Kerouac. En los relatos aquí recopilados encontramos algunos de los mejores momentos de este vitriólico paseante por el bulevar de los sueños rotos y por el lado salvaje de la vida. Aquí están sus borrachos, los tipos que pasan la noche en comisaría y las putas, como aquella que se clava alfileres para destruir su belleza.
No es el único personaje inolvidable que puebla estas páginas, también aparecen el viejo galán de Hollywood asesinado por un chulo, la mujer que seduce a un hombre y después lo denuncia a la policía, el tipo que se compra una muñeca hinchable por correo y la infla en una gasolinera... Seres a la deriva, perdedores, desarraigados, ilusos y soñadores que ahogan sus penas en whisky, personajes a los que Bukowski convierte en protagonistas de una comedia humana de los bajos fondos, salvaje, sórdida, a ratos vitalista y a veces desternillante.