El viento en los sauces, surgido a partir de los cuentos que Kenneth Grahame le contaba por la noche a su hijo, se convirtió en muy poco tiempo en un clásico de la literatura infantil, siendo aún hoy una obra de culto en el mundo anglosajón. Los animales humanizados que protagonizan esta historia representan las conductas morales y las clases sociales de la época, sin que por ello dejen de estar vigentes hoy en día. La Orilla del Río, encarnación de lo conocido y seguro, y el Ancho Mundo, que representa lo desconocido y peligroso, aunque también la libertad, constituyen los principales escenarios de este relato sobre el encanto de la vida sencilla y la amistad. De hecho, esta novela es un canto a la amistad y a la vida tranquila, así como una honda reflexión sobre el valor de lo que uno posee. Las aventuras del Topo, la Rata, el Tejón y el Sapo en la tranquila campiña inglesa han atraído tanto a lectores jóvenes como adultos a lo largo de varias generaciones.