Un viejo multimillonario moribundo desea evitar a toda costa que sus hijos, quienes jamás se han preocupado por el, hereden su fortuna. Frustrando los codiciosos intereses de su familia, redacta un testamento que no dejará indiferente a nadie.
Troy Phelan, un viejo multimillonario con un cáncer terminal, se encierra en su lujoso despacho para escribir su último testamento. Está furioso con sus hijos y con sus ex esposas, que llevan tiempo esperando con paciencia carroñera que el tumor del tamaño de una pelota de golf que crece en un rincón de su cerebro acabe con su vida y puedan, al fin, heredar su fortuna.
Lo que no imaginan es que el se ha guardado un último as en la manga. No permitirá que el cáncer se lleve su último aliento. Ha determinado cómo y cuándo dejará este mundo: saltará por la ventana de su ático y les dejará pasmados. La lástima es que no podrá ver sus caras cuando descubran el testamento, según el cual lo lega todo a Rachel Lane, una hija ilegítima de la que nadie sabe nada.
Mientras en Washington la familia Phelan emprende una encarnizada lucha para recuperar lo que cree que es suyo, Nate O'Riley, un abogado litigante y un alcohólico rehabilitado, tiene la misión de encontrar a Rachel... Una labor que no resultará nada facil.