La narración se desarrolla en la sala de redacción de un diario asunceno. Es domingo y el día se presenta como cualquiera, cuyo ambiente silencioso y tranquilo provoca adormilamiento. El secretario de redacción, que no ha dormido bien por la noche, llega tempano. Se encuentra en compañía del jefe de la sección "Cables", que desarrolla sus tareas de rutina. El secretario de Redacción, para superar el hastío, ha encontrado un buen recurso de escribir en un cuaderno sus reflexiones a propósito de sueños y recuerdos. Con ello busca encontrarles un sentido profundo. Pero paulatinamente se van acumulando eventos inesperados y de considerable impacto en la gente. Uno de ellos es el accidente de la cápsula lunar del Apollo XIII, y el otro, el de un colectivo de pasajeros que colisionó contra un camión tumba al servicio de la División de Caballería, con saldos fatales y numerosos heridos y contusos. A partir de ese momento, la acción del relato se acelera. El secretario de Redacción, ante la emergencia, se ve obligado a tomar decisiones que ponen en riesgo no sólo su continuidad en el cargo sino los intereses y la política del medio. A pesar de los esfuerzos por comunicarse con el director o el administrador del diario no lo consigue. Entonces, superando sus vacilaciones, dudas y miedos, mártir del tablón que oscila y todavía padeciendo la angustia del proceso de toma de decisión bajo situación de grave riesgo, ordena la puesta en marcha de una edición extra cubriendo el episodio de la cápsula lunar y la completa cobertura del accidente en la ruta. La novela concluye con la salida del diario adelantándose a los demás medios escritos. El lector se verá atrapado por la intensidad de la obra.