Está claro que aprendemos con el dolo, pero también lo hacemos e incluso más eficazmente, con lo fácil y divertido. Cuando uno aprende a montar en bicicleta lo hace cayéndose, pero también y quizá más, cuando se mantiene en equilibrio y disfruta del paseo.
El dolor tiene un propósito, pero como herramienta didáctica está sobrevaluado. Si prestas atención a las señales internas y a los indicios externos, la vida no necesitará grandes advertencias para lograr tu atención