Una obra fundamental para entender por qué la evolución de la vida no necesita de ningún creador.
Este libro deshace una buena parte de los equívocos que normalmente se proyectan sobre el evolucionismo; y sobre todo es un intento serio de explicar basándose en la teoría de Darwin cómo han podido llegar a existir formas de vida tan increíblemente complejas como nosotros mismos, a partir de los más simples materiales.