Joseph K. despierta con una noticia que cambiará para siempre el curso de sus días: se ha iniciado un proceso en su contra. A partir de entonces, todo lo que hará será intentar que los funcionarios de justicia lo atiendan. En el camino se topará con mujeres que querrán ayudarlo, con hombres enmarcados en los límites de sus investiduras y con una maquinaria que parece alimentarse de la individualidad de los seres humanos.
Parábola de los tiempos que corren, El proceso fue escrito durante la Primera Guerra Mundial, atravesó todo el siglo XX como una de las obras fundamentales de la literatura universal y entra en este nuevo siglo con la fuerza de un clásico y el extrañamiento de una pesadilla que Kafka soñó alguna vez, y que parece haberse hecho realidad.