El Presidente López es y será siempre un libro clave para una Interpretación nacional, porque historia un periodo fundamental de evolución, el de 1840 -1862, Ningún país en ninguna época, experimentó una transformación tan profunda como el Paraguay de aquellos días. Llegó Carlos Antonio López desde el retiro silencioso donde se habla refugiado huyen-do de la guadaña igualitaria, para convertir-se en el intérprete de su pueblo, el eje de un cambio fundamental. Cuando vino, su vista sólo podía ver ruinas, dolores, pobreza, atraso, amenazas. Sus últimas miradas de patriota y de gobernante, pudieron, por el contrarío, posarse en una nación en marcha y pujante, en barcos, ferrocarriles, telégrafos, edificios públicos, escuelas... Un Paraguay de escombros se había convertido mediante su acción de dos décadas, en una de las primeras naciones del Continente, por su paz, su orden, su espíritu de progreso.