La increíble historia real del deportista que nadó en el infierno.
Alfred Nakache, judío argelino que de niño tenía pánico del agua, se convirtió en una gloria de la natación francesa entre 1936 y 1942, y fue reconocido póstumamente entre los más grandes del mundo. Llegó a representar a Francia en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 y a batir varios récords en estilo libre y estilo mariposa. Semejantes hazañas deportivas no impidieron que fuera enviado a Auschwitz.
Bajo el puño infame de Adolf Hitler, la persecución antisemita se expandía por Europa. En 1941, cuando Nakache estaba en lo más alto de su carrera deportiva, se lo privó de su nacionalidad francesa y se le prohibió participar de los campeonatos nacionales. Fue denunciado como judío en 1943, detenido en Drancy y deportado a Auschwitz en 1944 junto a su mujer, Paule, y a su hijita, Annie. Allí fue reconocido y obligado a nadar en condiciones humillantes en las reservas de agua del campo para esparcimiento de sus captores, sin saber nada de la suerte corrida por su familia. Pese a todo, Nakache logró sobrevivir. Siguió nadando hasta el fin de sus días, pero jamás quiso hablar públicamente de su pasado.
Una y otra vez, en un intento por rescatar del anonimato a las víctimas del horror, la literatura recupera historias personales como la de “el pez de Constantinopla”. Con una investigación exhaustiva a sus espaldas y una notable capacidad para dar vida a través de la escritura a personajes y hechos del pasado, Renaud Leblond reconstruye en forma novelada el derrotero dramático de este héroe olvidado del deporte, que encarnó los valores de coraje, tenacidad y resiliencia en medio del más terrible infierno.