Desde los tiempos de su infancia en Sudáfrica, Laurens Van der Post soñaba con emprender la búsqueda de los supervivientes puros del único, casi extinto, pueblo primigenio de su tierra natal: los bosquimanos del Kalahari. El sueño se vio cumplido cuando tuvo la oportunidad de organizar una expedición por el interior del desierto que se convirtió en un viaje repleto de peligros, decepciones y también sorpresas. Asediados por los constantes ataques de quienes se obstinaron en dar con ellos, los bosquimanos se refugiaron en la abrasadora inmensidad del desierto de Kalahari. Tras una durísima travesía por uno de los paisajes más inhóspitos del mundo, Van der Post encontró los últimos vestigios de un pueblo que todavía mantenía intactos algunos aspectos de su cultura como la música y el arte.