Un encuentro en altamar modifica los planes del marqués de Sutton. De repente, el noble ve maniatado su destino a los caprichos de una dama que puede devolverlo a tierra. Un encuentro en altamar modifica la conducta de silencio y secretos que Gisele Rowing se ha impuesto a sí misma.
La presencia del marqués en su barco la ha vuelto más impulsiva, menos cuidadosa de resguardar su identidad. Cuando, por fin, lo devuelve a tierra, intenta creer que no volverá a verlo. No cuenta con que él cumplirá la promesa de seguirla, de resarcirse por haberse visto obligado a obedecer sus caprichos.
Entonces, comienza un juego que se extenderá por los salones de Londres, por la campiña inglesa, por la incipiente nación norteamericana, por el Mar Caribe. Un juego en el que no se sacan ventajas, en el que, a veces, él le lleva la delantera y otras es ella la que parece dominarlo.
Un juego en el que ninguno es mejor que el otro, en el que se verán enredados entre el deseo y la venganza, entre la desconfianza y el amor. Un juego en el que ninguno puede ganar, solo seguir jugándolo. Lis Haley ha escrito una novela desenfadada, precisa, lúdica que retrata a hombres y mujeres en el juego más divertido de jugar.