El Chalo Gaitán no es el Chapo Guzmán, pero cómo se le parece. Él también se fugó de un penal de máxima seguridad; la revista Forbes lo considera uno de los hombres más ricos del mundo; encabeza la lista de los más buscados de la CIA; trafica y corrompe con la misma facilidad con la que se enamora; y vive bajo el amparo del gobierno mexicano.
En El más buscado, sin embargo, al Chalo le arrebatarán esa protección el día en que el procurador Villalobos es asesinado: el propio capo entenderá que sus horas están contadas. Por eso mandará traer con urgencia al Cuervo, un veterano compositor de narcocorridos que, justo una noche antes, había decidido retirarse. El Chalo le contará su historia como si de matar se tratara: sin sentimientos de culpa. Y el Cuervo descubrirá que nada es coincidencia, que la aniquilación del capo es sólo un atajo para lo que tanto ansía el presidente cincuentaiséis: que la candidata de su partido gane las elecciones presidenciales.