El lenguaje del cuerpo revela más de las personas que sus propias palabras. Nuestros gestos pueden mostrar que nos sentimos inseguros, incómodos, molestos, desconfiados, decididos, fuertes o complacientes. Tampoco nos causa la misma impresión alguien que nos ofrece un buen apretón de manos que quien nos la tiende con ligereza, o quien se apoltrona en un sillón en vez de sentarse en el borde.
La manera como cruzamos los brazos o las piernas, movemos las manos o fijamos la mirada, por ejemplo, dice mucho de nosotros, y ser conscientes de ello puede ayudarnos a causar una impresión positiva en los demás, averiguar si alguien nos miente, salir con éxito de una entrevista de trabajo o, incluso, seducir a otras personas, ya sea para persuadirles o para elegir la pareja correcta. Los gestos hablan, así que ¡sácales todo el partido!