Fiódor Dostoievski consideraba "El idiota" como su novela favorita, quizá porque el personaje del príncipe significaba para el autor ruso una suerte de ideal humano. Al hacer de Mishkin un ejemplo de amabilidad, humildad y amor cristiano, Dostoievski muestra qué podría sucederle a un hombre así cuando debe enfrentarse a la sociedad. Y lo que le sucede es un terrible fracaso. Mishkin suele confrontar las normas de la sociedad con su "idiocia", que es meramente su aparente mirada ingenua sobre la vida. Pero él no es ingenuo sobre lo que los otros le dicen o lo que dicen de él, solamente cree que no mienten porque los seres humanos no deberían necesitar ser falsos. Esta es una de las grandes novelas de la historia de la literatura y un texto fundamental dentro de las letras rusas.