Wilde tenía la capacidad de meterse dentro del alma de las personas, tenía el don de "leer" las razones de los comportamientos humanos. Sus personajes, ya sean reales, animados o fantasmales, están cargados de "verdad", de la esencia de lo que estamos formados cada uno de nosotros mismos. Leyendo sus historias, pues, tenemos la oportunidad de conocernos un poquito más, de averiguar por qué somos como somos, por qué reaccionamos como lo hacemos. Leer a Wilde es aprender.