La poesía de uno de los denominados escritores malditos por Verlaine, Edgar Allan Poe (1809-1847) no es tan conocida como sus relatos, a excepción de El Cuervo (The Raven). Publicado por primera vez en 1845, es una pieza excepcional por su composición, ritmo y métrica y por su simbolismo. El poema fue reimpreso y difundido una y otra vez y hasta algunos de los artistas más afamados del siglo XIX, como Gustave Doré, lo ilustraron. Su trascendencia ha sido extraordinaria. El resto de poesías también son dignas de ser recordadas del prolífico y malogrado escritor norteamericano que abrió nuevos y fecundos caminos a la literatura universal posterior.