Río de Janeiro, 1806. Después de abandonar Buenos Aires, Roger Blackraven llega a las costas brasileñas con sus primos, los hijos de Luis XVI y María Antonieta, a los que intenta proteger. Buenos Aires ya no es un lugar seguro para ellos. Allí se reencuentra con sus viejos camaradas de aventuras: el jesuita Malagrida y el portugués Adriano Távora, siempre listos para ayudarlo en situaciones difíciles.
Corren tiempos agitados. Los ingleses, al mando del general Beresford, preparan la invasión a Buenos Aires y a Montevideo. Debido al bloqueo de los puertos europeos por parte de Napoleón, la Inglaterra debe hacerse de nuevos mercados para colocar sus productos. Por eso los ingleses ponen sus ojos en el Virreinato del Río de la Plata. La promesa de sus enormes riquezas los dispone a todo.