Si eres un maestro que nunca tienes días malos, o que los tienes pero no te preocupa, este libro no es para ti. Este libro es para maestros que tienen días buenos y días malos, y a quienes los días malos les provocan sufrimiento porque aman profundamente lo que hacen y se niegan a endurecer sus corazones.
En nuestras prisas por reformar la educación, hemos olvidado una verdad muy sencilla: nunca se logrará una verdadera reforma si seguimos menospreciando y desanimando al recurso humano llamado maestro y del que tanto dependemos. Por mucho que renovemos los programas, reestructuremos escuelas y revisemos los textos.
«¿Quién es el yo que enseña?» constituye la cuestión central de este libro. La pregunta del «quién» abre un sendero apenas recorrido en la investigación de la reforma educativa. Y el autor, docente vocacional y sensible, aborda la búsqueda de la respuesta desde su propia experiencia y desde una triple perspectiva: intelectual, emocional y espiritual.