Las ideas de Rousseau tenían un claro carácter subversivo, pues, de entrada, atentaban contra las monarquías absolutas imperantes en Europa. Según El contrato social, el pueblo soberano podía cambiar en cualquier momento sus leyes o sus gobernantes y modificar la forma de su administración gubernamental y la de la constitución del Estado. La doctrina de Rousseau era igualitaria y antijerárquica y, además, republicana y antimonárquica. Este libro es una aventura intelectual apasionante de la que se puede salir con copioso material para lanzarse después a pensar por cuenta propia