En un bosque exuberante a orillas del río Neranjara en el norte de la India (400 años antes del nacimiento de Cristo, cuando las grandes mentes de la Antigua Grecia estaban sentando las bases de la ciencia y filosofía occidental), un príncipe reconvertido en un vagabundo asceta estaba sentado debajo de una higuera. Se llamaba Siddhartha y estaba descubriendo las asombrosas capacidades del cerebro humano y los secretos del bienestar mental y de la iluminación espiritual.
Elaborado a partir de sus enseñanzas, El cerebro de Siddhartha muestra cómo la práctica meditativa y budista se anticipó a los hallazgos de la neurociencia moderna. James Kingsland "editor científico de The Guardian" explica, a partir de la historia evolutiva del cerebro y de los desórdenes y neurosis asociados a nuestro mundo tecnológico, por qué la antigua práctica del mindfulness ha sido siempre tan importante y beneficiosa para los seres humanos.
Lejos de ser una moda de la nueva era, los principios de la meditación tienen un respaldo científico sólido y se ha demostrado que son muy efectivos para combatir muchos de los desórdenes emocionales contemporáneos y vivir una vida plena.