Jeannette Walls, periodista de éxito, narra en El Castillo de Cristal el gran secreto de su familia. Una familia profundamente disfuncional y, al mismo tiempo, tremendamente viva, vibrante. Su infancia queda marcada por unos padres carismáticos pero cargados de problemas: el padre es alcohólico y la madre es una pintora que aborrece la vida convencional y no está dispuesta a asumir la responsabilidad de criar a sus hijos. Los niños aprenden a cuidar de sí mismos, se protegen unos a otros, y finalmente consiguen salir del círculo infernal en que se convierte la familia para marcharse a Nueva York.