Si fuéramos capaces tan sólo de entreabrir las puertas de cada intimidad, no encontraríamos un solo corazón donde no habite la tristeza, el temor o la desolación. Sufre el pobre por ser pobre, sufre el rico por ser rico; sufre el joven por ser joven y sufre también el anciano. ¡Sufrir!: He aquí el manjar que nunca falta en el convite de la vida.
El arte de ser feliz, escrito por el capuchino Ignacio Larrañaga, no pretende el sueño imposible de eliminar de raíz las penas de la vida, pero sí mitigarlas, arrancar algunas espinas, sanar algunas heridas y enjugar algunas lágrimas para que el lector pueda sentarse por fin a la sombra fresca de la arboleda para respirar, dormir y soñar en paz. Este libro no le defraudará.