«Vivo con Danny, y he aprendido tanto de él... he aprendido los principios para ser un buen piloto de carreras.
Equilibrio, anticipación, paciencia. Éstas son lecciones muy importantes, tanto para la vida como para una pista de carreras. Danny es un verdadero campeón, aunque no todos lo vean así, porque Danny tiene responsabilidades.
Tiene a su hija Zoë, y tiene a su esposa Eve. Y me tiene a mí. Lo que más me gusta es correr por la hierba con la cabeza baja, sintiendo cómo las gotas de agua del rocío me salpican la cara.
Me gusta correr y sentir todos los olores, toda la vida. Cuando yo regrese a este mundo voy a volver como un hombre, y voy a caminar entre vosotros. Voy a estrechar vuestras manos. Y cuando vea a un hombre, o a una mujer, o a un niño en problemas, voy a ofrecerle mi mano, a él, a ella, a ti. Al mundo.»