Friedrich Nietzsche captó como ningún otro filósofo el mundo de finales del siglo XIX: colonialismo, industrialización, deshumanización... Cambios rápidos que también afectaron a la relación del hombre occidental con Dios.
En el Anticristo, una de sus últimas obras arremete contra la moral con la que el cristianismo había corrompido a los europeos. Controvertida en su momento, es un magnífico ejemplo de la prosa directa y cautivadora del autor germano.