Desde las primeras páginas, esta obra resuena como un grito liberador que proclama al cuerpo como la única manifestación del alma. En los pensamientos que Constante Chatterley vierte sobre la "supremacía del falo" hay conexión con el pensamiento freudianos siente que los hombres carecen de pasión, que toda su vida se consume entre palabras, pero que son incapaces de llegar al sentido mismo de la vida erotismo.