La vida de una chica normal (incluso demasiado) se convierte en un auténtico tiovivo del disparate.
Todas las chicas desean ganar popularidad y convertirse en It Girl. ¿O no? Eso pensaba Anna Huntley, que tenía dos objetivos vitales clarísimos:
a) mantener (y no perder) a sus dos recién (y únicos) amigos de clase.
b) Entrenar a su perro labrador.