Cuando Sigmund Freud leyó este Diario de una chica adolescente, lo consideró una pequeña joya y le dijo a Hermine von Hug-Hellmuth, quien se lo había acercado, que estaba obligada a publicarlo, cosa que hizo en 1919, con considerable éxito.
Sin embargo, pronto surgieron fuertes discusiones. Por empezar, hubo quienes manifestaron dudas sobre la autoría del texto. Hug-Hellmuth aseguraba que alguien se lo había entregado y que ella se había limitado a cambiar los nombres y algunos detalles para salvaguardar la identidad de la autora. Pero no faltaron quienes la acusaron de haberlo escrito ella misma, incluso con recuerdos distorsionados para demostrar teorías en las que Freud venía trabajando.
Hug-Hellmuth siempre negó que eso fuera verdad y lo cierto es que no está claro, al día de hoy, cómo fueron las cosas. En 1924, murió asesinada por su sobrino Rudolf, lo que generó una nueva convulsión en el mundo del aún incipiente psicoanálisis. Al poco tiempo, para desvincularse del escándalo, Freud mandó a retirar este libro de circulación.