«Siempre conservo lo que me pertenece. Y eso incluye a Keira Kilgore.
Pero ya no me basta con que sea parte de mi deuda, con poseer su cuerpo. Quiero algo más. Quizá intente resistirse, pero jamás renunciaré a Keira.
Nada nos separará. Ni ella ni mis enemigos. Nadie.
Solo hay un modo de que pague su deuda: con su corazón.»
Cuando Keira resulta herida, Mount jura no detenerse ante nada para salvarla y vengarla. Aquellos que al atacarla intentaron hacerle daño a él, pagarán con su vida. Pero Keira tiene el mismo afán de venganza que Mount.
Ella también quiere que paguen aquellos cuya intención era perjudicar al hombre al que -ya no puede negarlo- ama sin remedio. En sus pasiones y en sus deseos, Keira y Mount han encontrado el camino que ha de mantenerlos unidos. Siempre y cuando sus enemigos no acaben con su historia de amor.