Tras 10.000 años de contínuas batallas, el Mariscal ya no es el Mariscal sino simplemente Kento, el wadaan. Pese a vivir pescando y recolectando con Tänpo y Lalith, su vida no es agradable, un pensamiento horrible lo martiriza día y noche: Kento no consigue olvidar todo el mal que ha hecho, todos esos planetas aniquilados en nombre del Gran Imperio Zorn. Ahora su único anhelo es aislarse de todo y de todos. Para siempre.