De todas la pandemias que padece la humanidad, la violencia parece ser la que peor pronóstico tiene de ser resuelta, pero son los niños y los jóvenes los que en sus interrelaciones están más expuestos, no sólo a sufrirla, sino también a contagiarse, a aprenderla.
Las violencias también se hacen presentes en el espacio escolar, alcanzando un grado superlativo en el bullying o el ciberbully, cuando algunos estudiantes van más allá del juego y la diversión y buscan adueñarse de la vida de otros compañeros. Violencias aceptadas, naturalizadas o no comunicadas por temor, y también aquellas virtuales, intangibles, muy difíciles de erradicar.
El libro nos presenta cómo hoy, en esta nueva modernidad, se va desarrollando familiar y socialmente al futuro depredador, y también cuáles son las mejores estrategias de prevención e intervención contra los fenómenos del acoso y del ciberacoso escolar.