¡Hermosa patria chica!... Cuando de tí me alejé, con una confidencia me diste el adiós. Has querido que las musas pregonaran tu nombre, y antes de que por "siempre me aleje": he aquí aquel deseo... esculpido con orlas de oro entre el esplendor de las bellas letras. Y, trémulo te consagro con gesto votivo y profundo, y la más noble expresión de mi alma.