¿Cuántas veces has escuchado la frase "todo pasa por algo"? Luciana Stevenson creció creyendo en esa frase, con una poderosa fe que la convencía de que cualquier situación, buena o mala, tenía un objetivo, bien sea como recompensa o como lección.
A sus dieciocho años Luciana tiene todo y quizás un poco más: talento, una familia pequeña pero amorosa y un futuro prometedor en el mundo de la danza. Aunque no lo admite se siente plena y feliz.
¿Podrá salir adelante después de que un accidente destruya las bases de esa plenitud? ¿Tendrá la fe para seguir creyendo que todo pasa por algo? ¿Estará preparada para dar el mayor espectáculo de su vida?
Desde niña le dijeron que el diablo era un ser tétrico con cuernos, pezuñas y piel rojiza; pero ella ha descubierto que tiene ojos negros, piel canela y lleva traje y corbata.
"Todo pasa por algo", decía mi madre... y aún no entiendo porque tuvo que pasarme a mí.