Elvira, una joven que ronda los treinta años, nacida en Suiza de padres españoles, viaja al pueblo de sus antepasados, una pequeña aldea en el interior del país, por razones que se irán desvelando a lo largo de la novela. Se aloja en la casa familiar, en la que aún vive su abuelo paterno. Al principio, la relación es distante y recelosa, tanto con él como con los vecinos, pero poco a poco se deja conquistar por el cariño sincero de los que la rodean. El contacto con ese mundo, tan diferente al suyo, y el descubrimiento de historias y secretos familiares la llevan a replantearse su presente y, sobre todo, su futuro.