1847 fue un año muy prolífico para las hermanas Brontë, quienes firmaban sus libros como los hermanos Bell para evitar escándalos: Charlotte publicó Jane Eyre; Anne llevó a imprenta Agnes Grey, y Emily editó esta gran obra, Cumbres Borrascosas, que contiene la quinta esencia de la novela romántica inglesa decimonónica.
En ella se suceden los amores apasionados, los odios agriados que se prolongan durante generaciones, los celos, las apariciones espectrales y las tormentas, todo ello narrado con una fuerza que la han convertido en un clásico imperecedero.