Un erudito que había agotado el contenido de muchas bibliotecas una noche de luna llena decidió convertirse en lector de lectores. Otro investigador del mundo de las letras, impulsado por una motivación similar, una mañana de sol pleno eligió consagrarse a ser lector de las personas que no leen. Esa tarde de primavera, se reconocieron de inmediato.
Después de saludarse con efusividad, el primero dijo:Descubrí que todos los que leen esperan hallar un gran amor entre líneas.El otro respondió:Me di cuenta de que un gran amor está buscando a todas las personas que no leen.
El universo de los que no leen y el de los que leen se atraen. La curiosidad los convoca por una misteriosa complementación epistemofílica: los que leen quieren conocer qué leen los que no leen cuando leen. Y así de manera recíproca. Lo demás es cuento.Por lo tanto, este libro está dirigido a todos aquellos que tengan la osadía de completar su contextura con su mirada y su sentimiento.