La muerte planeó siempre sobre la cabeza de Horacio Quiroga, como accidente violento, como penosa enfermedad, como suicidio... Por eso estos impresionantes relatos tienen esa conmovedora carga de autenticidad. En ellos hay la verdad humana de quien ha sufrido las experiencias que relata.
En esta colección de cuentos, algunos de ellos universalmente célebres como La gallina degollada o El almohadón de plumas, lo más horrendo se transmuta en belleza por la gracia del extraordinario talento narrativo del escritor.
Los argumentos son breves, contundentes y redondos, como corresponde a las piezas maestras del género: la adicción a la morfina como frontera insalvable para el amor; el suicidio reflejado en los ojos sombríos de una enamorada no correspondida; la joya solitaria que es objeto de deseo convertido en arma del crimen; el fuego de un amor renacido de las cenizas para arder eternamente sin consuelo; las conversaciones más allá del telón de la muerte en los infiernos artificiales de la droga; la locura y la muerte hermanadas en la tragedia de una truculenta degollación.