Por mucho tiempo que pase, la tradición de leer un cuento a los niños antes de irse a dormir no debería perderse nunca, ese momento íntimo entre padres e hijos es además de un instante de cariño familiar, un lugar excepcional para educar en valores y transmitir la sabiduría que encierran los cuentos clásicos que hemos escuchado tantas veces y cuyas historias deben pasar así de generación en generación.