Dos piezas representativas de la obra del polifacético Enrique Jardiel Poncela: vanguardia, humor inverosímil y disparatado, y chistes lingüísticos al servicio de un espíritu crítico e insatisfecho empeñado en desvelar lo vulgar de la existencia.
CUATRO CORAZONES CON FRENO Y MARCHA ATRÁS, una de sus obras más logradas, es la historia de unos seres que no sólo se convierten en inmortales, sino que, descontentos con ello, acaban rejuveneciendo poco a poco. LOS LADRONES SOMOS GENTE HONRADA es una comedia de «simple y estricta diversión», porque en ella, según Jardiel, no hay «cimientos psicológicos, pasionales, metafísicos o filosóficos que la justifiquen».