La protagonista tiene una racha de mala suerte. Su compañero de trabajo ha sido asesinado y ella es atacada por una criatura que le inflige un corte venenoso. Justo a tiempo, aparecen unos vampiros que le chupan el veneno de las venas. Sookie les debe la vida, y cuando estos le piden un favor, acepta. Pronto estará usando sus habilidades telepáticas para buscar a un vampiro desaparecido. Solo pone una condición: los vampiros deben prometer que se van a comportar y que no habrá bajas entre los humanos... Más fácil de decir que de hacer.