1179. Enrique II es rey de Inglaterra y su dominio se extiende hasta Gales, Irlanda, Normandía, Bretaña y Aquitania. La casa de los Plantagenet ha logrado hacerse con el poder y gobierna su territorio con mano de hierro. Sin embargo, dentro de la familia las aguas nunca están tranquilas y los rumores de rebelión son constantes.
Ferdia -un noble irlandes que ha caído prisionero durante la conquista de su país- le salva la vida a Ricardo, el hijo del rey, y se convierte en su escudero. Juntos cruzarán el canal de la Mancha y lucharán por reducir los levantamientos rebeldes de Aquitania. Será en esas tierras donde Ricardo, ya un respetado guerrero, se ganará el sobrenombre de Corazón de León.
Pero Enrique, el primogenito, ve con creciente recelo el exito militar de su hermano Ricardo. Muy pronto resultará evidente que los enemigos más feroces para Corazón de León no están en el campo de batalla, sino entre las personas que más cerca tiene.