Un estremecimiento sombrío recorre la superficie de Occidente con el nombre de populismo. De norte a sur y de este a oeste avanza sobre la piel de la democracia minando su crédito y legitimidad. No sabe cómo pero ha ido progresando sin apenas réplicas.
Al principio fue una anécdota. Después adquirió carta de naturaleza en las urnas
y ahora amenaza con aposentarse en el poder de forma generalizada llevado por el tsunami de los votos.