Willow tiene doce años, es superdotada y su gran pasión son las plantas, las enfermedades y el número siete. Sus padres adoptivos son su única familia y sus verdaderos amigos, pero cuando éstos mueren en un accidente se da cuenta de que está sola en un mundo con el que no es capaz de relacionarse. A partir de este momento, la vida de Willow se convierte en un viaje transformador en el que gracias a sus manías y a su extraordinaria sensibilidad, y sobre todo, gracias a los atípicos personajes con los que se encuentra (un incapaz consejero pedagógico, un taxista mexicano, dos hermanos vietnamitas con personalidades antagónicas y una nueva mamá adoptiva presa de un fracaso amoroso), comienza a encontrar su sitio en este imperfecto mundo.