Si tengo una autoestima positiva, seré capaz de aceptarme, podré decirme «sí» y tendré sentimientos buenos, cordiales y cálidos con respecto a mí mismo. Confiaré en mí y me fiaré de mí. Una autoestima positiva equivale a confiar en uno mismo. Y éste es el presupuesto para poder entrar también en una relación buena y sostenible con otras personas y, en definitiva, con Dios.
Llegado a este punto, no tengo por qué esconderme. Me dirijo a la otra persona con la conciencia y la íntima certeza de que, siendo como soy valioso y digno de amor, puedo enriquecerla con mi presencia». Eres digno de amor. Acéptate. Ama y déjate amar.
Considera tu crisis como una oportunidad. Trata bien a tu cuerpo. Vive el aquí y ahora. Vive en el ahora y en la eternidad. Sé imperfecto. No temas. Éstas son algunas de las reflexiones en las que se condensa y se expresa la rica experiencia personal del autor. Ellas te ayudarán a tomar las riendas de tu vida y a confiar en ti mismo... y en tu alma.