De prolífica obra, el legado más importante, estudiado, discutido y criticado que San Agustín dejó a la humanidad es, sin duda, sus Confesiones. Se trata de un texto que plantea serias dificultades interpretativas, debido a su carácter poliédrico, que obedece a la formación de Agustín, pero además, y fundamentalmente, a las experiencias personales, espirituales e intelectuales vividas por el genio agustiniano desde la Cartago de su despertar hasta la redacción de la obra.